El Diario de Curwen , noticias Viernes, 10 noviembre 2017

Keiko Fujimori ha mentido muchas veces y no es difícil demostrarlo

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El diario El Comercio informó que Marcelo Odebrecht confirmó a los fiscales peruanos que tiene la certeza de que se entregó dinero para la campaña de Keiko Fujimori en el 2011Todos los indicios que apuntaban a esta conclusión cobraron sentido. Odebrecht también ha delatado a Alan García, pero hoy no hablaremos de esto. Keiko, en lugar de defenderse públicamente en algún dominical o permitir que la prensa acceda a ella, ha hecho lo mismo de siempre: publicar un video en la comodidad de su hogar. 

El video no se diferencia mucho de todo los que viene publicando. En una oficina, con diplomas, banderitas y armonía, Keiko dice que todo es mentira. Así, nada más. Todo es falso, todos mienten, todos son culpables. Todos, menos ella, por supuesto. Lo cierto es que resulta difícil creerle. Keiko ha mentido muchas veces y no es tan difícil demostrarlo. 

Mintió en Harvard

En octubre del 2015, Keiko expuso su plan de gobierno en la Universidad de Harvard junto a Steven Levitsky. Esa noche aseguró que «estaba a favor de la unión civil para compartir derechos patrimoniales». Las declaraciones fueron tan sorprendentes que uno de sus exparlamentarios, Julio Rosas, renunció inmediatamente al partido. Pero en mayo del 2016, Keiko Fujimori firmó un pacto con el pastor cristiano Alberto Santana, quien semanas después dijo que «hablar de derechos homosexuales era una aberración». 

Mintió sobre su próxima candidatura

En abril del 2016, Keiko Fujimori tuvo una entrevista con Rosana Cueva en Panorama. La frase más llamativa de esa noche fue la promesa de Fujimori de no volver a postular a la presidencia: «en el 2021 no habrá ningún candidato que se apellide Fujimori». Pero en agosto del 2017, en un viaje a Nueva Jersey, Miguel Torres, congresista fujimorista muy cercano a Keiko, anunció que «ya se preparaban para que en el 2021 vean a Keiko como presidenta».

Las mentiras en la entrevista de Panorama continuaron. Un mes después de que PPK asumiera la presidencia -y ella asumiera el control mayoritario del Congreso- Keiko volvió a hacer exactamente lo contrario de lo que prometió. Dijo que «jamás haría política de copamiento» pero ocupó la Defensoría del Pueblo, la Sunat y el Banco Central de Reserva. Dijo que el BCR no estaría copado por fujimoristas pero nombró a Elmer Cuba, Rafael Rey y a José Chlimper. También dijo que los miembros del directorio del BCR debían tener trayectoria intachable. No es necesario recordar quién es Pepe «adobe audition» Chlimper.

También mintió en los debates. En mayo del 2016, durante los debates presidenciales, Keiko fue la autora de varias falacias y mentiras. Acusó a Martín Vizcarra de corrupción pero el caso se trató de un reclamo de los vecinos de Ácora. Aseguró que renegociaría los contratos de gas pero Verónika Mendoza resaltó que nada de esta propuesta figuraba en su plan de gobierno. Dijo que la Ley de Consulta Previa había sido elaborada por su partido pero el texto había sido elaborado por otra comisión.

Hoy, noviembre del 2017, Keiko Fujimori asegura que la publicación de El Comercio es falsa. Según ella, Marcelo Odebrecht no dijo absolutamente nada de lo que detalla la nota. No recibió financiamiento en el 2011. No se le «aumentó» nada. ¿Qué pruebas ofrece en su defensa? Ninguna. Amenaza al diario con una denuncia de difamación, asegura que está comprometida con la lucha contra la corrupción, afirma que el diario la ataca porque están nerviosos por Graña y Montero y recita otras arengas bastante desgastadas. Pero no ofrece nada en su defensa. 

En agosto de este año, Héctor Becerril pidió a la Fiscalía que se rectifique ya que la anotación «aumentar Keiko para 500» supuestamente era falsa. La bancada fujimorista, que obedece estrictamente a las indicaciones de su lideresa, se sumó al movimiento negacionista. Según ellos, todo, menos cualquier acusación que complique a cualquier adversario político, era falso. No obstante, semanas después se comprobó que la anotación era real.

¿Qué podemos hacer aquí? ¿Creerle a Keiko Fujimori o esperar, como ha sucedido en varias oportunidades, a que el tiempo demuestre que mintió?