¿Finalmente veremos a Alan García en la cárcel? [VIDEO]
Víctor Caballero
Periodista egresado de YouTubeEl vicepresidente de la comisión Lava Jato, el parlamentario frenteamplista Jorge Castro, declaró para la prensa sobre la aparición de las iniciales «AG» en la agenda de Marcelo Odebrecht. Castro señala que las letras podrían señalar de manera directa a Alan García. «¿Qué otro presidente tiene esas iniciales?», indicó.
Pero Castro no es el único, Karina Beteta, congresista fujimorista también integrante de la misma comisión, dijo que «esas siglas tendrán que corroborarse en la investigación». Héctor Becerril y Rosa Bartra también han declarado y coinciden en que el caso García se complica. Los únicos que defienden a Alan de esta nueva pista son los legisladores apristas y, por supuesto, él mismo.
¿Finalmente veremos a Alan en la cárcel? Intentamos hallar una buena respuesta en este video
La defensa de la bancada de la estrella, principalmente de Javier Velásquez Quesquén, consiste en negar que las siglas AG le pertenezcan al expresidente García porque simplemente es imposible. Si bien Alan ha intentado argumentar su defensa, ambas explicaciones son, a mi parecer, bastante débiles. La primera defensa de Alan fue advertir que el Proyecto Olmos fue contratado por otro régimen, sin embargo, dos años antes celebró los 10 años de su firma por el mismo proyecto.
Sí, es cierto, un tuit no es suficiente para inculpar a Alan García aunque haya sido enviado por él mismo. Pero la evidencia es aun más comprometedora si seguimos hurgando. El segundo intento de defensa de García fue decir que Hildebrandt en sus trece había patinado ya que las siglas «AG» le pertenecían a Andrade Gutiérrez, constructora brasileña que había competido contra Odebrecht por la concesión de Olmos.
Esto no es del todo cierto. Si bien Andrade & Gutierrez sí compitió contra Odebrecht y Sinersa, esto ocurrió en la segunda etapa de Olmos, no en la tercera que es la que nos importa. La segunda etapa la ganó Sinersa, la tercera fue adjudicada directamente a H2Olmos, empresa concesionaria de Odebrecht. Mientras que al inicio se proyectó un costo de US$ 222 millones, la etapa tres terminó costando US$ 580 millones.
Hasta aquí podemos llegar a dos conclusiones: las versiones de García no han sido del todo exactas y, después de muchos años, existe una pequeña esperanza de que por fin llegue la justicia que tanto hemos esperado durante generaciones. Y no, no me refiero a ir a un mundial.