El Diario de Curwen Miércoles, 14 diciembre 2016

7 momentos vergonzosos del Congreso en la interpelación al ministro Saavedra (VIDEO)

Empezaron por decir que lamentaban no haber escuchado ningún mea culpa de parte del ministro Saavedra y terminaron acusándolo de haber pagado para obtener los resultados de la prueba PISA. La numerosa bancada fujimorista hizo hasta lo imposible por visibilizar la supuesta culpabilidad e ineficiencia del ministro de Educación en la interpelación llevada a cabo en el Congreso el 8 de diciembre pasado. 

Todos hicieron su tarea: llevaron discursos listos para la lectura, prepararon denuncias que deberían haber sido exclusivas (aunque se tardaron unos cuantos meses) y mostraron videos con música feeling en los que se podía ver colegios que caían a pedazos. Fuerza Popular se preparó para atacar por todos los flancos aunque sus ataques, en lugar de certeros, fueron risibles. Al final hicieron lo que estaba cantado: presentaron la moción de censura en contra del ministro.

Seleccioné los siete peores momentos de esta interpelación y preparé este top perturbador

La interpelación duró casi doce horas. Mientras más avanzaba el tiempo, más absurdas se volvían las acusaciones de los parlamentarios. El peor momento de todos, que llegó a ocupar el primer lugar del top, fue la intervención de Bienvenido Ramírez. El congresista fujimorista no solo tildó de «cortina de humo» a la prueba PISA: también afirmó que el Ministerio de Educación había pagado por los resultados.

Lo más tragicómico de Bievenido es que, días después, se descubrió que había plagiado toda su intervención. Sus consistentes argumentos fueron copypasteados del blog Educación Crítica, de autoría del profesor español Javier Díez Gutiérrez.

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Todo lo resaltado fue tomado prestadito por el congresista.

Hasta el día de hoy no se sabe cuál será el futuro del ministro Saavedra, pero el presidente ya anunció en el mensaje a la Nación que seguirá con las políticas de educación con o sin él. Veremos cuál es el siguiente intento de tumbarse la reforma educativa. Cada minuto que pasa es un estudiante despistado (y un ingreso asegurado) menos para las universidades de dudosa procedencia.