El Diario de Curwen Martes, 19 enero 2016

Un hombre misterioso me pidió que comparta esto con todos ustedes

La historia comienza con un error. Pese a tener la costumbre de negarle toda oportunidad a cualquier llamada desconocida que acceda a mi teléfono, en un descuido contesté una. Era un hombre, con voz de galán de película de Lombardi. Me pedía una cita, aseguraba tener información que tumbaría este gobierno. Luego de propinarle una serie de improperios, le aconsejé que cambie de cuento y que mejor intente con la del niño secuestrado. Pero insistió. 

El hombre misterioso me pidió encontrarnos en un conocido centro de estudios e investigación de la capital: el bar Queirolo. Le dije que solo accedería si me aseguraba que la información era realmente trascendente y si prometía pagar la cuenta. Afortunadamente accedió a ambos requerimientos. Llegué al bar el sábado por la mañana, me ubiqué en la mesa postrada al lado de la ventana y esperé pacientemente. Luego de unos cuantos minutos, finalmente llegó. 

CDnWMUTA

El hombre misterioso.

Un sujeto con gafas oscuras, sombrero Bowler y una barba tan falsa como el cuento de las «relaciones palaciegas» se sentó delante de mí. Todos voltearon a mirarlo. Y claro, no fue el disfraz lo que llamó la atención sino más bien el hecho de usar uno sintético en pleno verano limeño. El hombre sudaba y distorsionaba intencionalmente su voz, me dijo que había logrado realizar una investigación tan fulminante que sacudiría la coyuntura nacional cual perro pulgoso.

Me sentí ansioso, le pedí que me muestre lo que habia llevado y después de sacar un sobre manila embadurnado de sudor de su bolsillo interior, me entregó el paquete. El hombre misterioso me pidió que sea discreto, que por ningún motivo intente descifrar su identidad aunque esta haya sido revelada en el preciso instante en la que el mozo le dijo «Jorgito, ¿otra vez con tus cosas raras? Dime qué te sirvo». 

Puse mis manos sobre el sobre y lo abrí con ademanes quirúrgicos; saqué los documentos y me propuse a leerlos. Fuerte fue mi decepción al notar que lo que traía en mis manos era tan popular como la candidatura del Chorri: la «primicia» que con tanto misterio se trataba no era otra cosa que el plagio de Cipriani. – ¡¿En serio, carajo?! – le pregunté enojado. Pese a la pérdida de tiempo, el hombre misterioso me aseguró que no sabía que ya todos sabían y que resarciría la pérdida de tiempo. Y vaya que lo hizo. Después de una(s) docena(s) de chilcanos el hombre misterioso se encontraba en tal estado guayacol que, luego de imitar aquel spot de Alejandro Toledo del 2000, se dispuso a escribir una balada.

Al día siguiente, sufriendo los estragos de aquel encuentro, pude hallar la transcripción de aquel instante en uno de mis bolsillos.

Y es aquí cuando la comparto contigo. 

***

En memoria del elector peruano

Asesinado cada cinco años porque el cadáver ay siguió muriendo

 

Balada del voto en blanco

No tenía ya chaqueta escarlata

Como es el vino y es la sangre

Ni chalina verde contra el hambre…

Como decía Cattone: esa vieja está calata.

No es culpa mía que esté huérfana cual Hermanón

Pero pararse ahora junto a ese criollo militar

Y sus propios volubles principios regurgitar

Merece castigo supremo: tener a caballoloco como garañón.

Debo por eso hacer memoria, que no queda otra cosa.

Es mentira eso de que todo tiempo pasado fue mejor

Acuérdense de Odría, Prado y Ataucusi en su estertor

Todo presidente o candidato termina peor que Tulio Loza.

(Pa pe pi po pu…

Pa de partido; pe de peruano; pe de picante, pi de popular y pu de puñales porque vamos a ganar)

Por eso dejo esta sencilla balada a quien la quiera atender

Porque en otra era me juntaría con Sofocleto y con Ferrando

Y juntos cantaríamos, felices como en dígalo cantando,

Qué me mira cadete… aquí te dejo a la Isabel Preysler….

I

 

 

Sí, es esta una Balada por el voto en Blanco

No, no no. Escuche bien, Mariátegui, no “por” Hugo Blanco.

Y es que de todos los candidatos no hay uno solo que me convenza

Me dicen mis amigos: no votes por (este, ese o aquel) sinvergüenza.

Y es que si me desquiciara y votara yo por la K

Terminaría como Kaori o Kiarita

zafando cuerpo siempre : Vente vente hijita,

Mira, mira a tu abuelito, mejor vente por acá.

(yo, lo que es el pasado, no lo puedo olvidar)

Y es que también para mí es anatema

Votar por el expresidente panzón que convenció

A la salda lideresa una candidatura plena.

Aunque reconozco es esta una pareja de peso

La verdad ni desesperado votaría

Por carne con tanto sebo y hueso.

No me interesara tampoco el tema de pasaporte

Pero ver al flautista gringo farfullar

Me hace a mí mucho reflexionar

Si voto por él ¿gobernará por el Perú o por su propio norte?

Y es que del lobby dicen que el señor es experto

Y yo creo que entre Donald Trump y él

Debe de haber fácil fácil más de un entuerto.

(Yo no podo dosor nodo dol condidoto do Cabana

Para hacer chiste y escarnio de sí mismo a él nadie le gana

Pa pe pi po pu

Ol os ol condidoto do los chistosos, que es donde va a terminar

Si como cree este juglar, existe la justicia divina en el Perú)

Pasado el paréntesis me encuentro, entre un gringo y un cholo con mujer gringa

Que hay una candidato que viene lleno de ganas de clavarte también suave la jeringa

Dicen que es un capo en las redes y que su vida es de película

Ya esa historia me la han contado varias veces y me dejaron en cinta.

Sube sube Guzmán con su nueva ola morada

Imitación burda de la divina pomada.

¿Consulta previa le dicen? Ni sí ni no, sino todos estaremos mejor.

“Todos estaremos mejor cuando todos estemos mejor” (sic)

II

 

Ya, ya, no te hagas el loco poeta,

hablas de todos menos del candidato universitario

¿No será que también te ha comprado haciéndote millonaria boleta?

No, pues con honra digo que si me ofrecen plata como cancha

Yo prefiero mi orgullo digno mantener, igual que mi mano pura y sin mancha.

Lo cierto es que del candidato de la Vallejo lo único que puedo decir

Es que de su lema y pendón de la raza distinta

No creo nada- al Perú quiere b(i/ur)lar como a la pobre paisana Jacinta.

(Que dicho sea de paso articula mucho mejor que ese pobre, triste y minúsculo señor)

Sí, yo no creo en la derecha, eso lo afirmo

No me dejo meter el dedo, todos son más de lo mismo.

Me dirían entonces mira a esa linda cándida(ta)

Que viene por la izquierda modosita y con falda.

La veo, la veo, pero rodeada de pura rata

Que la quiere tanto como niño a piñata

Pa’ romper, vaciar y darle pronta forata.

Lo siento, naña, por ti no puedo votar.

Hoy no, por lo menos; yo no sé mañana.

Y de los pitufos me dice un pulpín avezado.

Zafa zafa que yo solo sé pescar mi pescado.

Me gusta el milico faltoso lo confieso con pudor.

Lo tendría metido en cualquier programa setentero en el televisor.

Pero no estoy para burlas, muchachito.

¿No has visto el prontuario de ese cachaquito?

Y por el Orden de Gatogordo pienso y estimo…

Yo voto para presidente de mi patria, Lotario,

No para club de leones o para jefe de rotario

Ay que te aruño minino…

Reggiardo me dice otro chibolo mosca-

Le contesto Pancho Diez Canseco Yehude Simon Fernando Olivera.

¿Te quedas callado ahora, pppekausita?

Felipe Castillo pe’ replica otro, con abuelito fonavista

No estoy para bromas, para tal caso hago mi propia lista.

Gregorio Santos me dice alguien con mano izquierda en alto

Y yo la replico con la otra mano en la bragueta.

Disculpen la procacidad

Pero yo a mi avanzada edad,

No tengo correa para aguantar

Que se burlen de mi magín y dignidad.

Lo mismo piensas de Cerrón entonces, viejo rabioso

Por supuesto que lo creo, chibolo faltoso.

Si quiero que el Perú se detenga, que cualquiera d’ esos venga.

III

¿Y Nano?

¿Lourdes?

No, Guerra García.

Ah, el que manda a todos al carajo.

Lo veo de dónde viene y lo que quiere

Y me digo a mí mismo…qué tal cuajo.

De Solidaridad ese partido no tiene ni la S, a menos que esta sea

De Sodalicio y de cero Sutileza.

¿Queda alguno?

Miguel Hilario, el Toledo de la selva

Un amable shipibo que se cree por la fortuna tocado.

Ni en pelea de perros lo he escuchado

Pero si es auténtico y decente

Mejor que vaya y trabaje en su terreno y por su gente

Que una cosa es querer figurar y ganarle al ego

Y otra distinta gobernar y no ser (sacrí) lego…sino presidente.

¡Tantos son los candidatos dicen en las redes y en el extranjero!

Y eso que falta uno al que escucho con atención pero no como elector

Es Alfredo Barnechea a quien prefiero como maestro y hasta rector.

¡Pero entonces algún mérito tiene!

Sí, la fe.

Pero para presidente ser, no basta con persignarse y creer.

Lo primero que tendría que hacer aquel hombre de otra época

Es caminar el país y aprender al pueblo conocer.

¡Adelante!

IV

Coda

No es que no tenga por las elecciones entusiasmo

Mi hermano, hermana, peruano; todo lo contrario

Porque yo mismo que soy casi un lobo estepario

Confío en mi gente y quiero ver al Perú salir del marasmo.

Lo que sucede es que después de haber escuchado tantas promesas

Haber gastado mi huella y manchado el dedo con tinta

Lo mínimo que espero es de un candidato la verdad y no tanta finta.

Por eso y aunque ustedes amigos me vean con suspicacia

Tengo que confesar que a este dedo mío no lo vuelven a engañar

Voto viciado o Nulo podría ser pero mientras y entre tanto

Les canto que como esta balada dice: dejaré mi voto en blanco.

A.